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8 de septiembre de 2010

No nos moverán

Más allá de un buen programa de gobierno para Lima, ultra progresista para una ciudad ultra conservadora como ésta, el contexto en el que se desarrolla la campaña de la confluencia (FS, LPT, MNI, TyL) nos presenta una serie de lecciones, oportunidades y retos que debemos estudiar y asumir con el mayor compromiso posible, con la mirada hacia adelante, con la cabeza y con el corazón firmes.

La historia vuelve a recordarnos el impostergable valor de la unidad. El fracaso de todos los intentos post-Izquierda Unida para interpretar el país desde la izquierda son la evidencia más contundente de que divididos somos únicamente organismos estancados en el proceso evolutivo, resistiéndose a desaparecer. Más aún, no sólo ha quedado demostrado el fracaso del individualismo y el sectarismo, sino que es evidente que la unidad programática es un requisito indispensable para avanzar en la construcción de una opción diferente. “Para que nada nos separe, que nada nos una”, decía Pablo Neruda. Hoy nos une un programa, querido Pablo. Era urgente, a riesgo de volver a separarnos. Se nos ha criticado mucho, se ha afirmado, refiriéndose a esta confluencia, que “hay sumas que restan”. Por el contrario, aquí “hay sumas que multiplican”. Y ha hecho bien Susana Villarán en defender esta unidad, ética y tácticamente. Es nuestra misión hacerlo también.

Una vez más, como durante el fujimorismo, un sector de la prensa está explicitando su carácter reaccionario. Este hecho demuestra que la independencia de los medios es tan falsa como las acusaciones que desde hace ya varias semanas vienen profiriendo en contra de la candidatura de Fuerza Social. Y la falsa independencia de los medios desdibuja la opinión de aquellos que sostienen que la libertad de expresión es un derecho ya ganado en nuestra sociedad. ¿Dónde se escuchan las voces de los pobres? No basta con el derecho a poder decir lo que creemos, queremos y soñamos, no basta gritar, no basta. Hace falta que nos escuchen. Y hace falta también que aquellos que pueden decir y pueden ser escuchados digan la verdad. Lamentablemente, detrás de “opiniones” infinitamente difundidas se esconden intereses particulares. Intereses que nosotros no defendemos, y que, por el contrario, enfrentamos. Seguirán atacando, intentando asustar con sus mentiras, pero no podrán detener este avance, que no es sólo nuestro, sino de todo un pueblo cansado de tanta mentira. Y no podrán en tanto seamos capaces de decir la verdad y actuar conforme a ella. "Esta gran humanidad ha dicho ¡Basta! y ha echado a andar, y su marcha de gigantes ya no se detendrá". Siempre, Ernesto. Siempre.

Si logramos o no derrotar electoralmente a la derecha es una cuestión importante, pero no trascendental. Espero, no con pocas ansias, que podamos hacerlo. Pero la batalla política la tenemos ganada en el corto plazo. Hemos recuperado a la izquierda, le hemos dado vida, la hemos renacido, hemos sembrado la esperanza de otra forma de vivir, de empezar a tener vida. Está en nuestras manos que todo aquello que, no sin errores y sin vicios, hemos construido hasta ahora, no quede nuevamente en el “estuvimos cerca” y tengamos que esperar 20 años más. Y no por modestia debo dejar de decir que si alguien ha llevado el peso de esta campaña, ha sido la juventud. No pretendo menospreciar a nadie, pero siento que ha llegado nuestra hora. A estudiar, a leer, a actuar, a dirigir, joven de izquierda. “Aquí está una de las tareas de la juventud: empujar, dirigir con el ejemplo la producción del hombre de mañana. Y en esta producción, en esta dirección, está comprendida la producción de sí mismos”, decía Ernesto Guevara en 1964, sin presagiar el valor que esas palabras tendrían hoy. “No nos moverán”, cantaría Joan Baez justo ahora. Afirmativo, Joan.

2 comentarios:

Martín dijo...

Es importante saber hasta qué punto el grueso del electorado ha tomado en cuenta las polarizaciones políticas (es decir la izquierda vs. la derecha). Es importante saber la motivación principal por la que se vota. Según algunas encuestas, tal razón es diferente a lo que se denomina ideología política, pues tranquilamente se puede decir que Susana Villarán tuvo gran arraigo por la simpatía que genera, además de la evidente y sistemática guerra sucia que sufrió (lo que le favoreció para publicitar su imagen y también para que muchos la vean como una víctima de intereses subalternos, que ciertamente fue), factores que llevaron a que se establezca una tendencia al alza en las preferencias. Por otro lado, Lourdes Flores no tuvo “conexión” sostenida con las masas, además de la relación con Cataño (recordada incansablemente por Bayly), y tener la imagen de ser la representante de los políticos tradicionales y todo lo que eso implica, factores que llevaron a que tenga una tendencia a la baja en las preferencias.

Como se puede ver, en general, en ningún momento se habló de que: “yo voto por tal por su inclinación política de izquierda/derecha”. Lo que me parece existe es un voto contestatario tras la imagen de Susana Villarán y un voto por el continuismo tras la imagen de Lourdes Flores.

La pregunta sería: ¿contestatario a qué? Pues yo considero que a los políticos tradicionales, lo que implica el alto nivel de corrupción, despiadados lobbies, mentiras y desinformación a favor de los grupos de poder. En esa dimensión considero que la población limeña ha reaccionado de manera homogénea y firme ante una figura que ya cansó y que re-comprobadamente miente.

Las cifras no engañan y, así se determine oficialmente la victoria de Villarán, la diferencia es mínima como mínima es la diferencia entre las opiniones contestatarias y las de continuidad (las más fáciles) en nuestra capital.

Concluyo que si bien existe tal reacción, no se puede decir que existe un triunfo determinante de la izquierda porque muchos no consideran incluso tal postura en su decisión. Lo que sí creo es que un partido político joven como Fuerza Social, con gente de calidad, tiene la posibilidad de demostrar que un partido de izquierda (joven y renovado) puede desempeñar un excelente trabajo y hacer las cosas con transparencia. Esa es la esperanza que yo tengo y que seguro muchos tienen. La gente busca un cambio en la política, busca sentirse realmente representado. No podría asegurar, sin embargo, que la mayoría de la gente que votó por Villarán se sienta de izquierda, pero sí que está harta de los políticos tradicionales y la mentira que ellos representan.

Anónimo dijo...

Jaja ya te movieron houn, Lourdes gana las elecciones...