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13 de enero de 2008

Sóbate, Alvaro

Tremenda cachetada la que le ha dado Chávez a Uribe. El colombiano se ha pasado unos cuantos años negociando y peleándose (al mismo tiempo) con las FARC y la verdad es que no consiguió absolutamente nada. Chávez hizo un par de movidas y en unos días consiguió la liberación de dos rehenes secuestradas hace mas de seis años.
Chávez sabe aprovechar cada una de éstas cosas. Ha vuelto a ponerse en el centro de la escena mundial, y esta vez con una imagen positiva. Ha dejado a su adversario regional -en términos políticos y personales- como un fracaso. Uribe no sabe donde meterse, pero no le queda más que agradecer. Los gobiernos más a la derecha del espectro político han tenido que aceptar que Chávez ha sabido manejar el asunto y reconocer su gran gesto para con los rehenes y el pueblo colombiano. Éste Chávez se las sabe todas.
Éste mismo Chávez no sabe callarse la boca. O no quiere. Y ha dicho que deben considerarse a las FARC y al ELN como grupos insurgentes unidos a la gran causa bolivariana y no como hordas terroristas. Es que éste Chávez dice también las cosas a media. Probablemente podríamos estar de acuerdo en que los proyectos políticos de las FARC y del ELN tengan más semejanzas que discrepancias con el Socialismo del Siglo XXI. Pero ese es sólo el proyecto político. Y al menos por ahora ambos ejércitos tienen también un proyecto militar. Presumo que no se puede construir un verdadero ideal de nación con justicia mientras se mantenga retenidas a más de setecientas personas.
También es cierto que la democracia colombiana no es, ni ha sabido ser, una democracia. También es cierto que muchos candidatos a la presidencia de Colombia, que fueron el brazo político de la guerrilla, fueron asesinados por los paramilitares (y los militares también). La ilegalidad de las FARC y del ELN no es pura cuestión de voluntad, es, en gran medida, la consecuencia de la persecusión a los partidos de izquierda. De un lado matan. Del otro también. No puede, ni debe, justificarse a ninguno de los dos. No lo pretendo.
Quizás la manía de Chávez de no quedarse callado, que tanto ofuzca al andropaúsico rey de España, sea la oportunidad para la reconciliación del pueblo colombiano. Dejémonos de cosas. Suelten a los rehenes. Suelten también a los presos de las FARC y del ELN. Claro, siempre y cuando haya el compromiso de una participación en democracia.
Pobre Uribe, cómo le debe estar ardiendo la cachetada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Chavez: desaprobación en Colombia de 76%
Uribe: aprobación del 80% en Colombia, además de una victoria diplomatica en Europa.
¿Como le estará doliendo la cachetada de Chavez? No sé, pero yo también quiero una si esto es lo que se consigue con sus cachetadas! (Chavez tira cachetadas???? sauuuuu)

Unknown dijo...

No podemos negarle ese logro, gran logro, a Chavez pero no estoy segura de hasta que punto es una virtud no saber quedarse callado. Personalmente creo que también es importante saber callarse y escuchar, para saber lo que dice otro que piensa diferente e intentar entenderlo...me parece que así sí se puede construir una democracia, o una verdadera nación con equidad. y no creo que esto sea algo ideal ni floro porque un niño a los 5 o 6 años empieza a desarrollar esta habilidad (tratar de entender un punto de vista distinto del suyo), por si no lo sabían...así que podría ejercitarse y ejercerse más.

Gonzalo Aguilar Riva dijo...

Chávez, presidente de Venezuela, no de Colombia, así que 25% de aprobación en un país que no es el tuyo es bastante no? Además, vale decir que existen las cachetadas morales, esas que duelen adentro, aunque los números no sepan reflejarlas. Te invito a poner tu nombre.