Seamos sinceros, si ese titular hubiese aparecido retorciéndose entre calatas o en alguno de los pocos diarios serios que se publican (y se leen?) en este país...digo, si fuese esa la noticia, no ameritaría aparecer en primera página, y si algún ingenuo editor se atreviera a colgarla por ahí, sería, en cuestión de marketing, un fracaso. ¿A quién le importa que Wong sea canadiense o jamaiquino o marroquí?
Claro, es que Wong podría ser el 'nowhere man' beatle y a nadie le importaría más que lo que llega a importar el tipo esquizofrénico de la tele hablando para insomnes a las dos de la mañana, en un español parecido al de Julinho, sobre la Misericordia de Dios Cristo Salvador del Universo y de Nuestras Miserables Vidas Pecadoras. Pero resulta que sí nos importa. Nos duele. Nos jode. Wong es chileno. Nos tiramos al piso. Lloramos. Es que Wong es chileno. Ya...¿y? Es que es chileno. Ajá, eso ya me lo dijiste, te vuelvo a preguntar...¿y? Es que es chileno.
Hay algo que no puedo dejar de reconocer. Y podría ser importante. Wong se ha construido en función a su peruanidad. Peruanísimos como tú. Con empleados disfrazados de banderitas rojiblancas. Con corsos inmensos donde desfilan, incontrolables, manifestaciones culturales recontra peruanas. Wong es peruano, y la gente suele identificarse con esas 'cositas nacionalistas' (Ay, qué horror, el nacionalismo es eso de Humala ¿no? Puchis, Wong es peruano y ya, no digas nacionalismo que me acuerdo de ollitas y de cholos).
Está bien, lo que quieran. Pero queda claro que la historia, el pasado, nos marca para siempre. Somos incapaces de reconocernos como hermanos. He escuchado mil veces 'chileno hijo de puta'. He escuchado menos veces 'peruano hijo de puta', pero eso pasa porque vivo aquí. Las balas, los buques hundidos, nuestros muertos, los de ambos, tienen memoria infinita, se transportan mecánicamente hacia todos los futuros. El pasado debe dejar lecciones, no resentimientos. Es una tarea incompleta, una tarea que la sociedad debe urgentemente terminar.
No importa de dónde es Wong. No es lo verdaderamente importante. Finalmente, los Wong le venden su empresa a quien les da la gana. Importa que el Estado haga respetar los derechos de los trabajadores, importa que el Estado recaude y redistribuya, importa que el Estado establezca límites a la salida de capitales. Importa que, ante quien sea, hagamos respetar lo que somos.
Por cierto, estoy ahora en Arequipa y aquí nadie habla de ésto...es que aquí no hay Wong. Acaban de abrir Plaza Vea. Es chileno.
3 comentarios:
Estimado Gonzalo, comentaré tu artículo -como es habitual, jaja- para hacer un par de precisiones.
Si bien es cierto la reacción antichilena de conversación de viejito en el micro oye-compare-los-chilenos-nos-invaden o de titular WONG ES CHILENO se debe principalmente al resentimiento que parece tener, como dices, memoria infinta (así que econometría nos dejó algo); protesto enérgicamente (un poco de dramatismo no cae mal) porque quiera meterse a todos en la misma bolsa. Uno puede mirar con suspicacia y preocupación la expansión chilena en inversiones y no estar de acuerdo con las araicas reacciones anteriormente expuestas. Así como uno puede pensar tranquilamente que las ideas "nacionalistas" de Ollanta Humala son totalmente trasnochadas y manipuladoras del rencor de la población, y no tener prejuicios cual China Tudela.
La razón para la oposición es que existen razones económicas, en el marco del Acuerdo de Complementación Económica con el vecino del sur, desconocido por muchos. Para ello, te dejo como referencia el siguiente link de mi blog: http://elblogeconomico.blogspot.com/2007/12/la-no-tan-tirante-relacin-comercial-per_24.html
Como puede verse, el que las inversiones sean chilenas importa no porque lo sean per se, sino por lo que su nacionalidad implica en términos de libertades de política económica, como en la tributación en el tema de (des)incentivos a la inversión.
En segundo lugar, debo añadir que Plaza Vea no es Chileno. A decir verdad, es lo más peruano que tenemos. Pertenece a Supermercados Peruanos (cuyo capital es 60% peruano). Aún así, la participación de Plaza Vea es de 28% y decreciendo si consideramos al Grupo Wong que es un gigante, y a la rápida expansión de TOTTUS, ambos chilenos.
Así es la vida.
BEN
Plaza Vea es chileno. Lo dije porque sí. Como bien dices, el 60% de sus acciones pertenecen a capitales peruanos. Pero en términos de lo que quiero decir, ¿eso qué importa? Era sólo una manera de decir que finalmente nadie hace chongo por cosas que no venden o prenden a la gente al menos un poquito. Así como ya nadie dice nada porque la Telefónica es española, sino que nos quejamos por las tarifas abusivas y el maltrato a los usuarios. Importa poco, repito, quien invierte si el Estado sabe hacer respetar los intereses nacionales. Lamentablemente un Estado como éste ha fracasado en el curso de su historia. ¿Acaso la inversión es mejor porque es peruana? Claro que hay que promover la industria nacional, pero no desatender el compromiso con los intereses de las mayorías pobres del país, que usualmente son quienes terminan siendo explotados y maltratados por lasd empresas peruanísimas, tanto como por las extranjeras. ¿Es que acaso nos son recontra nacionales las services?
No discuto nada de lo que dices en el último post, pero una vez más te desvías del punto clave, el cual -QUIERO DEJAR CLARO- es el Acuerdo de Complementación Económica. Si en algún momento pretendemos realizar una verdadera reforma tributaria, las empresas chilenas podrán recurrir al acuerdo y quejarse por "trabas a la inversión". Posiblemente la diferenciación entre boliviana y china no importe (por ahora), pero la presencia chilena no es como cualquiera. Y eso hay que saberlo. Es mpas que simples resentimientos.
El problema, como bien dices, es un Estado débil e inexperto y -añado yo- un capital nacional que no logra consolidarse. Pero, basándonos en argumentos económicos, en caso de que nos decidamos a hacer una verdadera reforma que permita el desarrollo, aplicar medidas tributarias a los services peruanísimos no será lo mismo que hacerlo con los supermercados chilenísimos. Así de simple, y así de complicado para muchos.
BEN SOLÍS
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