Las ex locuras de Toledo y las locuras renovadas de García, impulsadas por frenéticos empresarios agroexportadores y textiles (y algunos otros), están a punto de tomar consistencia en un millón de hojas de papel que nos refriegan en la cara algo así como Libre Comercio, la eliminación de las barreras arancelarias entre Estados Unidos y el Perú. De hecho existen algunas restricciones, parciales y sin importancia, pero lo digo aquí para no que no parezca que exagero las ya exageradas políticas neoliberales aplicadas por "el partido del pueblo" y su equipo de negociación.
No es mi intención discutir aquí todos los puntos que el TLC abarca y que podrían ser beneficiosos para la economía peruana (en cifras) y perjudicales para los peruanos, pretendo únicamente señalar un par de temas que considero importantes.
Primero, creo que el área más sensible frente a la puesta en práctica de las medidas "teelecistas" es la agricultura. Existen, sin embargo, efectos distintos sobre ésta: por un lado tenemos la agricultura costeña, asociada a la agroexportación, a la tecnología, a los capitales nacionales y extranjeros, y que obviamente saldrá beneficiada, pues sus productos tendrán un flujo mayor dado que podrán vender a precios menores en un mercado tan grande como el norteamericano; si nos trasladamos a la agricultura de la sierra y de la selva nos encontramos con una actividad tradicional, con productividad baja, típicamente de autoconsumo y abastecedora de mercados locales y regionales, en incapacidad de exportar sus cultivos y que tendrá que competir con productos norteamericanos que ingresen libres de aranceles, con precios más bajos, obviamente no parece que les vaya a ir muy bien.
Segundo, acabo de redescubrir que los productos norteamericanos no sólo estarán libres de aranceles, sino que el Estado norteamericano subsidia sus productos agrícolas, es decir, les paga a sus agricultores a cambio de nada para que puedan exportar a precios menores (oh contradicciones de la vida! Estados Unidos, el padre del libre mercado, subsidiando productos!). Y eso es sólo un redescubrimiento, lo verdaderamente nuevo es esto: "Un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil señala que los subsidios norteamericanos excedieron el techo anual de aproximadamente 16 mil millones y medio de dólares contemplado en los compromisos de Estados Unidos con la Organización Mundial de Comercio. Además, Canadá envió un pedido de investigación con la misma finalidad porque argumenta que sus productores tienen que competir con grandes y alteradores subsidios agrícolas ofrecidos por los Estados Unidos". (citado de http://www.rebelion.org/)
Parece, al menos para mí, medianamente claro que los campesinos de la sierra y de la selva serán incapaces de competir frente a tal despropósito. Y un remarque que es al mismo tiempo pregunta: ¿Por qué siempre son los pobres los perjudicados cuándo se construye el "desarrollo nacional"?
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