De viajes, vacaciones y trabajos

Los peruanos somos muy adictos al viaje, es como la coca para Charly, como el trago para Bush, o como las rubias para Mauricio Diez Canseco (sí, el popular Brad Pitzza). De más está decir que no todos podemos viajar, que algunos caminamos unas cuadras mas para decir "china la Brasil", que algunos regateamos el taxi hasta donde ya no se puede, que algunos arriesgamos nuestras peruanas vidas en buses camión, y que otros, que no son pocos, chapan su avión. No podemos quizás, pero la adicción no nos la quita nadie.

De los que están entusiasmados con el complejo Red Bull (te da alas) podemos seleccionar individuos tipo, claro que no todos somos iguales, pero hay ciertas condiciones similares que podrían permitirnos agrupar sujetos en alguna de las siguientes categorías:

- "Mira hija, la verdad es que este país no avanza, y qué esperabas pues? Si hasta hace poco estuvo el cholo, y tú sabes como son los cholos, mentirosos, borrachos, ociosos...ahora nos tocó el Alan, que no está ni mal ni bien, pero es medio cholo también, y tú sabes como son los cholos, pero mejor este medio cholo al cholo completo de Humala...lo que es yo ya no aguanto, me voy a Europa a visitar a mis tíos, que hace un egg no los veo, estoy cansadísima de no hacer nada y ver siempre a gente `étnica´, ya te corto porque Fifi quiere ir al baño. Kisses".

- "Si pues hermano, me salió esto de la beca...si voy a volver? NI CAGANDO! Acá no hay chamba, al menos no para mí, porque con esta maestría yo voy a estar para ser asesor del presidente del mundo o algo así, tú me entiendes, acá en el Perú no saben valorar el esfuerzo, la gente es envidiosa, te ven triunfador y te tiran al suelo, gente de mierda no? Los cholos son una cagada brother, felizmente se me da esta oportunidad, porque sino hubiese tenido que chambear en la empresa de mi viejo, así que ya fue, su empresa se va a joder, yo ya le dije pero no me hace caso. Ya hablamos pues, me jalo a ver a mi flaca. Oe loco, préstame 20 lucas para la gasolina...".

- "A Huaraz? Qué mierda hay en Huaraz? No jodas, además no hay avión, si quieren vamos al Cusco, ahí hay gringas ricas y unas cuántas piedras, pero sólo hay que salir de noche, porque de día hay mucho cusqueño y esa nota no pone ps brother, no sé qué mierda le ven las gringas a los cholos, osea de que son raros son raros, pero yo no me tiraría a uno...somos Cusco gente".

- "Si mamá, no te preocupes...no, no voy a tomar...si, voy a llamar cada vez que pueda...pero mamá, en Estados Unidos es verano...ya, está bien, me voy a abrigar...no, no voy a gastarme toda la plata...si, con mis amigos de la U...no, no fuman nada...no, yo tampoco...una laptop y una cámara digital...mamá, por favor, es sólo un viaje, necesito un poco de independencia...mami, me planchas mi polo y me das diez soles?".

- "Yo también te voy a extrañar mi amor, no te preocupes que todos los meses te voy a mandar algo para el bebe, cuídalo por favor, yo aunque sea de limpiabaños voy a trabajar, desde abajo se empieza, ya después me los llevo para allá...te quiero hijito, no llores, no llores".

Claro que parece muy arbitrario encajonar a todos los viajeros aéreos en estos rubros, pero la simplificación sirve para efectos prácticos. ¿Qué subyace a cada uno de éstos viajecitos? ¿Cuál es el motor generador, el perpetuum movile de la travesía espacial de miles de peruanos? El dinero. Unos se van porque lo tienen, y porque no soportan que su dinero no sirva para desaparecer a la gente que le disgusta porque no es tan nice como ellos. Otros, la mayoría, se va porque no lo tiene, porque lo necesita (claro que algunos más que otros: unos lo necesitan para dar de comer a sus familias, otros para sus laptops o camaritas).

En los últimos años, ha tomado mucha importancia para la economía nacional la expansión de las remesas, que son los envíos de dinero que hacen los peruanos que residen en el extranjero a sus familias aquí, en el Perú. Pero, ¿quiénes son los remeseros? ¿La dueña de Fifi? ¿El becado? ¿"Mami, me planchas mi polo?"? NO. Repito: NO. Quienes vienen contribuyendo de manera creciente a esta actividad son los ciudadanos más pobres que se ven obligados a partir en busca de mejores condiciones económicas para sus familias, lo que nos conduce a nuevas interrogantes: ¿Es justo que quiénes menos ingresos tienen estén, además, separados de sus familias? ¿Es adecuado que niños crezcan sin padre mientras este limpia baños en un hotel? ¿Es deseable que más gente viaje y viaje?. Urge una respuesta del Estado para evitar que se rompa el eje fundamental de la sociedad, la familia. ¿Cómo responder? Necesitamos respuestas de largo plazo, a futuro, políticas educacionales que creen ciudadanos conscientes de la sociedad en la que viven y que permitan reconocer que somos una nación diversa, multicultural. Se necesita entonces invertir en educación, y financiar esta inversión con una redistribución del ingreso nacional (por ejemplo, la eliminación de las exoneraciones tributarias a las grandes empresas y la inversión en proyectos educativos). Así, obtendremos resultados positivos en dos áreas: la económica y la social; no sólo los pobres serán menos pobres en términos de dinero, sino que una verdadera educación inclusiva fomentará la igualdad de razas y creencias en nuestra sociedad.

Vuelvo a preguntarme, ¿Qué subyace a cada uno de éstos viajecitos? ¿Cuál es el motor generador, el perpetuum movile de la travesía espacial de miles de peruanos? ¿El dinero? ¿O es que acaso es nuestro vicio incontrolable viajar?